Humildes ante Jesucristo
- conociendoacristo
- 15 ago 2015
- 2 Min. de lectura
"Más bien, honren en su corazón a Cristo como Señor..."
1ªPedro 3:15

La imagen de Jesucristo juega un papel fundamental para la vida de un cristiano. Pero ¿quién es Cristo? La Palabra nos dice que Jesucristo es Dios, que Él existía desde el principio y por medio de Él fueron creadas todas las cosas (Jn 1:1; Col.1:16). El ángel le dijo a María que daría a luz un niño sin mancha porque éste sería concebido por el Espíritu Santo, para que se cumpliera lo que había dicho el profeta "La virgen concebirá y dará a luz un hijo y lo llamara Emanuel (Mt 1:23). El nombre Emanuel significa Dios con nosotros y es otra evidencia más de la deidad de Jesucristo.
Es por Jesús que podemos conocer lo que es la humildad. Como ya dije en una reflexión pasada quien no tiene a Jesucristo no la puede desarrollar al 100%, debido a que ésta es reflejo de su carácter.
Jesucristo vino a la tierra a cumplir con el plan de redención ya pensado por el Padre desde el principio de los tiempos (Gn 3:15). El nombre de Jesús significa salvador y es por eso que el ángel le dice a María cómo y porqué deberá llamarlo así (Mt 1:21).
Fue exaltado a lo sumo por su intachable vida, su humildad y sometimiento al Padre. Le fue otorgado el nombre que es sobre todo nombre para la gloria de Dios Padre (Fil 2:9-11). Gracias al sacrificio de Jesucristo las ataduras del pecado han sido rotas y por eso hoy tenemos a nuestro alcance la salvación (Ro 5:15).
Es fácil decir que amamos a Jesucristo, pero ¿sabemos cómo amarle? Él nos lo muestra claramente cuando repite la misma frase hasta tres veces repite "el que me ama obedece mis mandamientos" (Jn 14:15,21,23). Por lo tanto si amamos a nuestro Señor debemos obedecerle y guardar sus mandamientos. ¿Cómo podemos saber qué hacer para amar adecuadamente a nuestro Señor? Además de la inigualable obra que realizó, también fue ejemplo de humildad para nuestras vidas: Prefirió compartir la palabra con las multitudes antes que descansar, lavó los pies de sus discípulos en la última cena, no hizo uso de su poder para escapar de la muerte. En el monte oró a Dios pidiéndole que, si fuera posible, pasara de Él ese trago, pero también dijo "hágase tu voluntad" (Mt 26:39,42). Existen muchos ejemplos de la humildad de Jesucristo, la misma que se nos demanda a nosotros, la misma que debemos brindarle a Él.
Por lo tanto, acerquémonos humildes a Jesucristo, reconozcamos la necesidad que tenemos de Él para nuestras vidas. Luchemos asidos de su mano por morir cada día a nosotros mismos. Esforcemonos por dejar a un lado todo aquello que nos aleja de Jesús. Tenemos el mejor ejemplo a seguir y si Él está en nosotros podremos desarrollar este carácter correctamente. Amémosle en obediencia, para que el mundo observe las maravillas de Jesucristo a través del reflejo de su pueblo.
Jesucristo es merecedor de todo nuestro esfuerzo.
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