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Desarrollando un carácter Humilde: Humildad ante la Biblia.

  • conociendoacristo
  • 11 ago 2015
  • 2 Min. de lectura

Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón."


Hebreos 4:12.



Para poder comprender cuán importante es acercarnos con humildad a la Biblia debemos conocer la perspectiva de Dios sobre ella. El Salmo 138:2b dice que Dios ha exaltado su nombre y su Palabra sobre todas las cosas. Jesucristo también realzó la importancia de las Escrituras cuando contestó a Satanás, "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mt 4:4), dejando ver que en ella tenemos provisión para nuestras almas.


Debemos acercarnos humildes a la Palabra porque ésta es la voluntad de Dios para su pueblo. Él mismo la inspiró para transformarnos y capacitarnos para toda buena obra (2Ti 3:16-17). Es importarte brindarle el respeto que se merece puesto que en ella encontramos todo lo necesario para crecer como siervos útiles que hacen la voluntad de su Señor.


¿Queremos conocer el propósito de Dios para nuestras vidas? Para ello es importante leer la Biblia con una actitud humilde. De lo contrario, debido al orgullo que nos caracteriza, interpretaremos la parte leída como mejor nos convenga. Es importante tenerlo claro y por ello reitero lo dicho: "la Biblia es la Palabra de Dios, no nuestro buen deseo."


Debemos desear con ansia la leche nueva para crecer en nuestra salvación, es decir, para que podamos madurar espiritualmente (1ªPe 2:2). Cada día de nuestras vidas es una batalla que no podemos ver pero que debemos estar preparados para combatir (Ef 6: 10-17). Tenemos ejemplo de cómo hacerlo. Nuestro Señor Jesús reprendió a Satanás usando la Palabra (Lc 4: 1-13).



Por lo tanto, debemos brindarle a la Biblia la importancia que tiene y que se merece, y acercarnos a ella humildes para conocer el propósito de Dios para nuestra vida diaria. No debemos estudiarla para pavonearnos de lo mucho que sabemos ante nuestros semejantes (1ªCor 8:1-3). Más bien debemos obedecerla y poner en práctica lo que entendamos para demostrar nuestro amor a Dios (Lc 11:28). Así pues, no nos contentemos con escuchar la Palabra, pongámosla en práctica (Stg 1:22).

 
 
 

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